15 de Septiembre de 2008
Por todos es sabido el riesgo de rechazo existente en un trasplante, lo que no se sospechaba es que también el sexo del donante y el receptor afecta directamente a este rechazo. Esta es la conclusión a la que han llegado investigadores de las Universidades de Heidelberg (Alemania) y Basilea (Suiza) que tras analizar casi 200.000 trasplantes realizados entre 1985 y 2004, sugieren la necesidad de tener en cuenta que el donante y el receptor sean del mismo sexo a la hora de asignar el órgano.
La clave parece estar en el cromosoma Y, específico del género masculino, aunque también reconoce que la presencia de un mayor número de nefronas (unidades estructurales y funcionales básicas que filtran la orina) en los riñones masculinos hace que, de media, los resultados de rechazo no sean peores. En cambio, con una donante de riñón y un receptor masculino, el inconveniente estaría en que el tamaño del órgano femenino es menor, así como el número de nefronas, por lo que, a menudo, los injertos no funcionan adecuadamente en receptores masculinos.
Fuente: Público
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