Los ganaderos se quejan de la falta de establecimientos para vender este tipo de producción Aquel tipo de ganadería basada en el libre pastoreo, en una alimentación biológica para los animales y en la utilización de métodos sanitarios a base de terapias y medicina alternativas, sin el uso de antibióticos ni hormonas, se denomina ecológica. Este tipo de ganadería ha experimentado un auge muy importante debido al mal de las "vacas locas", que ha hecho que se incremente su producción.
En el año 2.000, en España se contabilizaron 1.082 explotaciones biológicas, de las cuales 537 son de vacuno. Actualmente esta cifra se ha incrementado, según los últimos datos del área de agricultura y ganadería ecológica del Ministerio de Agricultura, hasta más de 600 explotaciones de vacuno ecológico. Si la media de crianza es de unas 2.000 cabezas, el país dispone de al menos de 1,2 millones de vacas ecológicas o, lo que es lo mismo, 240 millones de kilos de carne con absoluta garantía para el consumidor. Sin embargo todavía se está lejos de alcanzar los niveles de producción y de superficie ecológica de otros países europeos, como Italia o Alemania, este último tiene actualmente 10.400 granjas biológicas. A pesar de que el numero de explotaciones continúa aumentando, los ganaderos se quejan de que el gran problema es la falta de establecimientos para dar salida a la producción biológica.
En lo que se refiere a los precios, se mantienen a una media de 550 pesetas el kilo, llegando a picos de hasta 1.800 pesetas el kilo de solomillo. Esto supone un 15% más de media que la carne de una vaca normal antes de la crisis. Los precios del vacuno no ecológico que no puede demostrar su crianza con pastos han descendido un 20%, colocándose en unas 400 pesetas el kilo.
Según un estudio de la Conferencia de Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD) de 1999, la agricultura ecológica ha crecido, en los últimos diez años, una media del 25 % anual. Además este estudio prevé que en el año 2005, la cuota de productos biológicos en los mercados alimentarios nacionales de los países desarrollados, ascenderá de un 5 a un 10 %.
Por otro lado, los alimentos biológicos están debidamente controlados y certificados por los consejos reguladores dependientes de las Consejerías de Agricultura de todas las Comunidades Autónomas. Además para que el consumidor los reconozca deben llevar una etiqueta numerada y el logotipo del Consejo Regulador de Agricultura Ecológica (CRAE) con el mismo dibujo en todas las Comunidades Autónomas, excepto en el caso de Andalucía, donde además del código y el nombre, aparecerá la frase "Agricultura Biológica (o Ecológica)".
Fuente: Consumaseguridad (agosto2001)
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